8 de agosto de 2012

Casting para Benedict J. Blackwell (Just The Beginning)

Esto no va a ser una publicación normal, no será una historia ni un capítulo de nada. Es algo que he escrito para Just the Beginning, uno de los foros de rol en los que estoy, un casting para hacer uno de los personajes predeterminados del mismo. Sin embargo, me ha gustado tanto cómo lo he hecho que creo que merece la pena publicarlo en este blog para que no se pierda.

Todo el casting pulsando a continuación.



Un par de días antes había recibido la orden del mismísimo Nathaniel para reunirme con él hoy sobre el Támesis, en lo alto del famoso Puente de Londres. El día había llegado y yo me encuentro allí, en esa ciudad que antaño había sido la capital del mundo, tiempo atrás todo discurría alrededor de Londres y era la ciudad más habitada. Desde que Nathaniel había despertado habían cambiado drásticamente las cosas. Ahora Londres parece una ciudad fantasma por la noche. La electricidad no funciona desde hace tiempo y la noche es completamente nuestra... y de los licántropos con los que tenemos que luchar, pero tenemos a otra gente que hace ese trabajo sucio por nosotros. Nathaniel es el líder, dirigía La Orden desde la cúspide que le da ser un Original. Él es el que ordena quién debe morir, quién saldrá en una misión suicida y quién debe ser castigado. Asciendo entre los cables y las paredes de una de las torres del puente y al mirar hacia el centro del puente observo que hay alguien esperándome. Esas ropas negras no me dejan ninguna duda, él ha llegado antes que yo, cosa que no es oportuna.

- Disculpe la demora, señor Nosferatu, espero no haberle hecho esperar demasiado. - comento acercándome a él. Saco el paquete de tabaco y de él uno de los pitillos. Cada vez es más difícil encontrar tabaco en una ciudad sumida en el caos como es esta, pero siempre conseguimos encontrar algún estanco o tienda antigua en la que había algunos paquetes de tabaco o aprovechamos de lo que se consigue en alguno de los ataques a los humanos. Me enciendo el cigarro con una cerilla que tiro al río y doy un par de breves caladas. Durante los años había tenido varios vicios, como el inevitable de la sangre. Sin embargo, siempre he estado unido al tabaco, un producto tan simple y que me da tanta relajación y sosiego, cualidades que en mi posición como consejero de La Orden me son de suma utilidad.

- Tenemos que acabar con el grupo del distrito noreste. - comenta sin andarse por las ramas. Ese es su estilo y es algo que me gusta de él. Sé que nunca me va a mentir, al igual que yo nunca le mentiré. Si las cosas van mal, me lo dirá... Si tenemos algo que celebrar, también. Aunque en realidad no hay más que eso, confianza mútua, pero nada de cariño ni amistad. Eso es algo que en realidad me tomo bien, no quiero tener demasiada relación con ellos, puesto que eso significaría tener mayores responsabilidades. Tengo un puesto de importancia en La Orden, cosa que me da muchos privilegios, aparte de no tener que entrar en combate. Nunca me había gustado el combate, ni siquiera cuando era humano y supuestamente tenía que estar preparado para ser un caballero. Siempre había sido un chico pacífico, dialogante... Poco preparado para la guerra, pero con sabiduría para poder solucionar más de una con un par de palabras bien dichas.

- ¿Está seguro? No debemos precipitarnos, cualquier paso en falso podría suponer el final de todo cuanto hemos conseguido en estos cinco años y no hemos llegado a este punto para que ahora todo se vaya al traste por una mala decisión. Con esto no digo que su decisión sea mala, si no que debería reconsiderarse. - queda pensativo y da un par de pasos a la derecha mirando hacia el suelo como si buscase algo en él, como si su musa estuviese escondida entre los hierros del puente. Miro hacia delante dando otra corta calada. El humo de mi cigarro no es el único que puede observarse, en diversos puntos del skyline de Londres puede verse columnas de humo. Estos son sitios que han sido saqueados o que han ardido en un ataque de cualquiera de las tres razas. Miré la pulsera que llevaba en mi muñeca izquierda. Era una pulsera de cuero antigua, muy antigua, y en la parte superior tenía un círculo de metal con un rubí en su interior. Ese era el amuleto que años atrás la mismísima Cassidee Alice Nosferatu me había regalado como premio por mi valor, mi capacidad en la caza y mi facilidad en solucionar problemas graves.

- ¿Qué debería hacer? Necesitamos controlar ese distrito. - dice al fin girándose hacia mí y acercándose a pasos rápidos. Incluso cuando habla conmigo, una persona con la que tiene confianza, parece amenazador. Como si en cualquier momento fuese a abalanzarse sobre ti y arrancarte la cabeza simplemente tirando de ella. Sé que es su forma de comportarse y llevo conociéndole los suficientes años como para no alterarme por ello, ni siquiera me inmuto cuando se acerca a mí. Sostengo mi cigarro y me giro para mirar hacia el río. Doy otra calada y sigo pensando cuál puede ser mi respuesta a su pregunta. No es nada que deba tomarse a la ligera, hablamos de una de las más importantes zonas de la capital de Gran Bretaña, donde los licántropos tienen el control y se han asentado.

- Debemos hacer algo arriesgado, algo que nos traerá muchas bajas, pero a la larga nos dará la victoria. Debemos llevar 50 hombres allí, como si pensásemos atacarles con ellos. Sólo será una distracción, una forma de que se debiliten. Cuando sus hombres salgan a por los nuestros, el resto entrará por otras zonas del distrito, seguro que podemos conseguir algún plano de esa zona y de sus barricadas... Los que enviemos a morir no serán más que alguno de los nuevos, los que sean prescindibles... Los importantes atacarán después, sobre todo los más poderosos. Si usted lo cree necesario incluso podría acudir yo. - mi deporte favorito era el de cazar chuchos, todo el mundo lo sabía, pero una cosa era ir de caza como solía hacer y otra lo que estábamos planeando ahora. Una guerra, un enfrentamiento cara a cara. Muchos de los nuestros morirían, pero esperábamos que fuesen muchos más de los suyos los que cayesen y hacernos con ese distrito. Sería un paso más hacia nuestra victoria final.

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