"¿Dónde estoy?", "¿Qué es este lugar?". Apenas podía ver
nada cuando desperté, la oscuridad era mi única acompañante en este lugar,
aunque apestaba a humedad y a putrefacción. No recordaba cómo había llegado
hasta allí, sólo recordaba haber salido de fiesta por el barrio gótico... Y
aquella mujer, ¡oh, qué mujer! ¿Pero qué había pasado con ella? Recordaba haber
hablado, pero nada más. ¿Me fui con ella? Igual tenía novio y éste me pegó
tanto que me dejó inconsciente y me tiró aquí. No sabía, lo único que ahora
tenía seguro es que no sabía dónde estaba y que no sabía si saldría con vida de
este sitio.
Me levanté y oía voces en el exterior, por lo que no debía estar lejos de
una posible salida del lugar en el que estaba. Intenté adecuar mis ojos y
sorprendentemente pude ver la habitación en la que estaba con total nitidez,
como si pudiese ver en la oscuridad, me mostré sorprendido, pero aún así no
quería permanecer más allí, por lo que busqué con mi vista una salida de la
habitación en la que me hallaba. Al mirar vi un par de cadáveres en el suelo,
justo junto a donde yo había estado inconsciente, ambos estaban en avanzado
estado de descomposición y se tumbaban sobre sendas manchas secas de sangre.
De alguna forma fui capaz de reprimir el grito que parecía haber emergido de
mi interior intentando escapar por mi boca y ya lo único en lo que pensaba era
en escapar de esta maldita casa de los horrores. Encontré la puerta, estaba
medio camuflada detrás de un gran armario, parecía que quien me había
secuestrado no quería que me fuese fácilmente. Me acerqué a la puerta e intenté
mover el armario, cosa que logré con mayor facilidad de la que esperaba, eso
volvió a sorprenderme.
Ahí me encontré en el gran hall de entrada de una gran mansión con aspecto
antiguo, como del siglo XVII con algunos toques "Luis XIV". Todas las
ventanas tenían unas grandes cortinas opacas que no dejaban entrar más que
pequeñas zonas de luz solar por sus lados. Intentaba ver si había alguien,
intentaba también escuchar por si alguien se acercaba, pero parecía no haber
vida en esa vivienda, tenía que escapara ahora, era mi única oportunidad. Llevé
una de mis manos hacia el picaporte y...
- ¡Quieto! - dijo una voz femenina detrás de mí - no deberías salir a estas horas
del día si no quieres estallar en llamas. - al darme la vuelta vi a la mujer con
la que anoche había estado tonteando en el aquel pub del barrio gótico. Piel
pálida, ojos con un vivo color verde, pose sobrenaturalmente sensual... Todo en
ella era atractivo, pero a la vez había algo que hacía querer huir. Intenté
buscar, con la mano en la espalda para que ella no lo viese, el picaporte de la
puerta para intentar abrirla, pero en un segundo ella estaba frente a mí y me
sostenía en alto agarrándome con una mano del cuello.
-Te he avisado, no intentes salir, no intentes huir de mí si no quieres
morir.-me dejó de nuevo sobre el suelo, de pie, como si hubiese cogido en
brazos un bebé y lo hubiese vuelto a dejar en la cuna, con total facilidad.
- Tengo
varias cosas que explicarte, sígueme. - dijo mientras se daba la vuelta y se
dirigía a uno de los pasillos que había a los lados de la escalera.
Me llevó a lo que parecía un despacho. Un escritorio grande, un sillón
imponente de "jefe" y una silla al otro lado del escritorio. Con un
gesto con la mano me invitó a sentarme en la silla y así lo hice, tenía
demasiado miedo para contradecirla en nada.
- Hola, Toni - comenzó a decir - te preguntarás por qué estás aquí, quién o qué
soy yo, qué es lo que pasó anoche y, sobre todo, por qué no puedes salir de
aquí. Bien, mi nombre es Talia, tengo 315 años y soy un vampiro - se debió
mostrar algo como sorpresa o miedo en mi rostro, ya que ella sonrió - suelo ir al
pub en el que estuviste anoche para cazar, viste a dos de mis víctimas de esta
semana en la habitación donde despertaste. Pero anoche fue diferente, te vi a
ti y no te vi como algo de lo que alimentarme, si no como un acompañante en la
noche, tu largo pelo negro, tus ojos oscuros, ahora negros, tu estilizada y,
sin embargo, fuerte figura, realmente atractivo. Así que te traje aquí, te
llevé a la habitación oscura y ahí te maté. Sí, bebí casi toda tu sangre y
cuando apenas te quedaba un hilo de vida te alimenté con mi sangre para así
llevar a cabo la conversión en lo que eres ahora, un vampiro. Por eso no puedes
salir, el sol te haría convertirte en fuego y morir en el acto.
En ese momento Talia dejó de hablar y el silencio se apoderó de la
instancia, así que ella me había visto como un buen acompañante y simplemente
me había cogido y traído aquí para convertirme y pasar toda la eternidad junto
a ella. Eso era una locura.
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Escrito en noviembre de 2010.
¿Sabes? Me recuerda a dos historias de vampiros que escribí xDDD Buah, hace un año y algo o así lo único que leía eran vampiros, vampiros, vampiros. Y no pienses que me refiero a Crepúsculo (te conozco xDD). Empecé a escribir por un sueño que tuve, y ese sueño era relacionado con vampiros. A partir de ahí escribí "Vida Eterna", una de las historias que me recuerda a esto :) Pero sobre todo me recuerda a "Sangre Oscura", una historia que escribí con un amigo de México y a la que le tengo mucho cariño :3 La escena esta en la que Toni se encuentra solo me recuerda muchísimo a Darren, el personaje desde el que narraba mi amigo :) Más que nada porque Avril (la chica desde la que narraba yo), convertía a Darren. Me recuerda a Talia y Toni, sí. Mucho xDD Sientohabertecontadomividaperolonecesitaba (?). La historia pinta bien, así que ya sabes :) El final un poco precipitado para mi gusto, por lo demás genial :3
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