Hay ocasiones en las que pienso que el amor es un concepto que a mí se me escapa, que nunca podré hacer sentir lo que otros consiguen hacer sentir con facilidad. La soledad no ayuda a que este sentimiento se disperse, convirtiendo la sensación en una mayor y más fuerte. En una espiral interminable de negación y aislamiento. Las veces que he conseguido sentirme así han acabado mal y ese pensamiento ha ido aumentando con cada una de esas experiencias.
Es curioso, soy capaz de conseguir buenas amistades. Gente que consigue acercarse a mi corazón y trastocar mis sentimientos. Dejar que esas personas accedan a esa parcela de mí es peligroso, les da un arma letal, un arma capaz de destruír mi propio interior con una simple palabra o con una simple acción.
Suele ocurrir. Cada vez que dejo a alguien acceder más allá de donde debería, acabo herido. Pongo toda la confianza en esas personas y ellos aprovechan esa vulnerabilidad en mi sistema para aprovecharse de ella y acabar conmigo desde dentro.
Y pasa.
Así es la gente.
Así soy yo.
A mí me pasa algo similar. Cuando empiezo a ser feliz, cuando estoy alegre, me niego a mí misma esa felicidad y me "autodeprimo", por así decirlo, porque me da miedo llegar a ser feliz del todo y que todo se vaya a la mierda y acabar peor que antes. Es muy duro.
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