- Quedaos donde estáis – dijo una voz
femenina a la espalda de los chicos, se giraron ambos y vieron una escopeta
apuntando entre ellos. Una mujer joven, de unos 25 años, empuñaba aquella arma.
Tenía pelo moreno, ojos azules - ¿Vais armados? – dejó al chico en paz y se
acercó a James, al que cacheó. Una vez hecho este procedimiento pareció
relajarse. - ¿Habéis visto lo que pasó? ¡Están en las fotos! – dijo la chica.
- ¿En las fotos? ¿A qué te refieres? –
preguntó James.
- ¿No lo sabéis? Esta madrugada… Estaba en casa
y… mi hijo… ¡Joder! ¡Ese fogonazo morado lo hizo desaparecer! ¡Vi como se
convertía en una foto!
Los chicos la miraron sin poder creérselo,
aunque después de lo que habían visto ya nada les parecía demasiada locura. No
sabían cómo había ocurrido, lo único que sabían es que querían que todo
volviese a ser como antes.
- Tranquila. – dijo James poniendo su mano
en el brazo de ella. – seguro que conseguimos saber qué pasa y podemos hacer
que vuelva. – acaricia con suavidad su brazo, intentando tranquilizarla, y se
lo suelta. – Mi nombre es James y este pequeño es Mark, me lo he encontrado
antes cuando salía de su casa. – dio un par de pasos hacia atrás y miró el arma
de la mujer, podría venirles bien.
- Katherine, me llamo Katherine. – dijo
ella escondiendo su arma tras su cuerpo.
- Bien, Katherine, ¿viste quiénes eran?
¿Quién nos atacó? – la mujer negó con la cabeza ante la pregunta de James. Mark
estaba entre ambos, bastante cerca, porque tenía miedo de que le pudiesen ver
los atacantes.
- Ni idea, sólo vi aquel resplandor y
después… Mi hijo… - tragó saliva intentando calmarse y que las lágrimas no se
escapasen, no quería verse vulnerable delante de los chicos.
- Deberíamos movernos. – dijo Mark,
hablando mucho tiempo después. Se estaba poniendo nervioso por el miedo a que
pudiesen verlos.
Los otros dos asintieron y comenzaron a
caminar de nuevo entre los callejones. Se mantenían en silencio e iban con
cuidado cada vez que alcanzaban un cruce, mirando por si había algún enemigo o
alguien más que sumar a su grupo. No encontraron a nadie. El silencio
predominaba en el lugar, ni siquiera se escuchaban ruidos de animal alguno,
parecía que toda vida había sido erradicada de la ciudad… o de la tierra.
- ¿Conoces alguna armería por aquí, Kath? –
preguntó James.
- No me llames Kath, no me conoces. – dijo
la chica girándose hacia el hombre con gesto furioso.
- Tranquila, no lo haré más. – dijo él
dando un par de pasos hacia atrás. – Bien, ¿conoces alguna armería por aquí,
Katherine? – repitió su pregunta, con un toque de sarcasmo en su voz.
- Si no me equivoco hay una a unas tres
manzanas de aquí, ¿has disparado alguna vez? – se echó el pelo hacia atrás
mirando al hombre de forma retadora, dudando de su capacidad con las armas.
- Claro que he disparado, ¿qué te crees? –
contestó él ofendido por la pregunta de Katherine. La reacción provocó que la
chica se riese.
Katherine les guió hasta la armería, que
estaba cerrada. Era la primera vez que salían a una calle principal desde que
se habían encontrado y lo que vieron les asustó más que las cosas que habían
visto en las películas post-apocalípticas. En éstas los edificios solían
aparecer en ruinas, había coches destrozados por las calles y mucha suciedad.
Sin embargo, lo que estaban viviendo era diferente. Las calles estaban como
siempre, coches impolutos detenidos en mitad de las calles, los edificios
aparecían bien cuidados. La sola visión de esto era escalofriante.
Katherine se acercó al escaparate y lo
rompió con la parte trasera de su arma. La alarma comenzó a sonar con un ruido
que parecía retumbar por toda la ciudad. Casi de inmediato empezaron a escuchar
un sonido diferente, era como un zumbido electrónico, a la vez que el sol parecía
apagarse. Al levantar se les heló la sangre al ver un gran artefacto de forma
hexagonal acercándose.
- ¡Corred! ¡Todos dentro! – gritó Katherine
instándoles a esconderse dentro de la tienda.
Mientras los tres entraban en la armería,
la nave lanzó otros rayos de color amarillo por la calle en la que se
encontraban, haciendo aparecer unos seres de aspecto cercano al humano, pero
con un cuerpo y cabeza más grande y aspecto más blanquecino.
- ¿Son extraterrestres? ¿Cómo en las pelis?
– preguntó Mark, que se había sentado junto a Katherine tras el mostrador.
James cogió una pistola que había en la parte de atrás y se cercioró de que
estaba cargada.
- ¿Sois James, Mark y Katherine? – preguntó
una voz desde el exterior de la tienda, a los tres les resultaba conocida. La
primera en mirar por encima del mostrador fue Katherine.
- ¿Presidente? – Preguntó ella sorprendida
y se levantó de su posición - ¿Qué hace aquí? ¿Está con ellos? – dijo
apuntándole, sin fiarse de él.
- Usted debe ser Katherine – contestó el
presidente levantando sus brazos. – Estamos al tanto del ataque y estamos
siguiendo a los supervivientes, la nave que habéis visto es un proyecto secreto
del gobierno de Estados Unidos. Venid con nosotros. – Katherine bajó la mirada
hacia sus compañeros sin saber qué hacer, parecía bastante plausible esa
posibilidad, ningún ciudadano normal sabía qué proyectos tenía la inteligencia
militar estadounidense.
Finalmente decidieron confiar en el
presidente y se levantaron. Katherine bajó su arma y James guardó la pistola en
su pantalón. Salieron uno por uno de la tienda y vieron que en el exterior los
hombrecillos blancos estaban apuntándoles con las armas.
- ¡DISPARAD! – gritó entonces el
presidente.
Wow. No me esperaba para nada ese final. Así que, ¿todo es una conspiración, o son alienígenas cambiaformas? Me gusta la primera teoría. ¿Quién se fía hoy en día de los presidentes? e.e
ResponderEliminarEn fin, buen planteamiento y has estructurado muy bien la historia, pero a mí me quedan cosas al aire, como profundidad en los dos últimos personajes o el por qué ellos tres son los únicos supervivientes. Igualmente está bien, así nos dejas volar la imaginación (?)
Saludos (:
Ayyyyy, ya sabes que lo leí ya, pero lo he releído para ver si habías añadido//cambiado algo :)
ResponderEliminarTengo las mismas preguntas que Sondra. ¿Qué fue lo que los llevó a que les ocurriera eso y por qué ellos tres son los supervivientes? ¿Al final continuarás la historia? :)
AYYYY. Me han entrado ganas de matar al presidente. Así, de pronto, como si he tocado un botón y ha reventado una bomba e.e
ResponderEliminarNo, dejo mis bromas malas *carraspeo*. Leyendo lo que he leído de Andrea, quizá has planteado dejar la historia. Bien, te lo digo desde ya: esa no es una opción.
Y punto.
Besos,
HTR.