- Parece que has hecho buenas migas con Leo – le dijo Marta según
salían de clase. Habían pasado dos horas de clase y ahora les tocaba recreo,
pero para Laura el tiempo había pasado tan rápido que ni había tenido tiempo de
bostezar. Obviamente, esto no fue gracias a sus profesores, sino porque había
estado hablando en todo momento con su compañero de mesa, Leo.
- Sí, no sé. Es majo, ¿no? – respondió a Marta encogiéndose de hombros
al tiempo que sentía que su rostro iba adquiriendo bastante rubor.
- Que no te dé vergüenza, Laura, todos hemos pasado por eso con él. –
dijo Sonia girándose para mirarlo mientras él salía de clase mostrando su
espléndida sonrisa. Un suspiro salió de la boca de la pelirroja.
- Pues yo no. – repuso Andrea, no queriendo llevar la contraria, sino
puntualizando lo que su amiga había dicho.
- Hubiese sido raro que te gustase a ti, Andrea. – le espetó Alexia
mientras sacaba un cigarrillo de un paquete que guardaba en su bolso. – Ese
chico es demasiado para ti, Laura, deberías dejarlo a las profesionales. – se
puso el cigarro en la boca y se ajustó los pechos en su blusa, girándose para
guiñar el ojo a Leo, que le apartó la mirada. Esto pareció molestar a Alexia, a
juzgar por el gesto que puso en su rostro. Laura miró a Marta y ambas rieron
por lo bajo, tampoco querían que la rubia se enfadase. – Bueno, ¿vamos a salir
o qué? Me muero por fumar de una vez.
Las chicas comenzaron a caminar por el pasillo. Alexia iba al frente
contoneando su cadera y mirando hacia delante, estaba claro que lo que le
gustaba era que los chicos estuviesen pendiente de ella, ya que sonreía cada
vez que se percataba que uno de ellos se giraba para mirarla –y no eran pocos
los que lo hacían–, tras ella las otras cuatro chicas caminaban una junto a la
otra. En el primer momento le había parecido que Marta era la líder de este grupo, y probablemente así
era, pero Alexia parecía querer llevar el mando y el resto de chicas no se
molestaba en negárselo, probablemente no querrían discutir con ella.
A Laura le resultaba extraño este grupo de amigas, parecían muy
diferentes la una de la otra, aunque sin duda la que más destacaba en ese grupo
era Alexia. Tenía curiosidad por saber cómo llegaron a juntarse con ella, por
qué seguían con ella cuando se veía que con ninguna se llevaba especialmente
bien.
Al llegar aquella mañana al instituto se había quedado tan maravillada
con el edificio que ni se había fijado en los terrenos. Cuando salió del
edificio con sus compañeras miró a su alrededor y vio que el exterior no tenía
absolutamente nada que envidiar al interior. Los jardines estaban muy cuidados,
había zonas con árboles y otras sin árboles, para la gente que prefiere estar
en sol y en sombra. Muchos alumnos descansaban tumbados en las zonas de hierba,
otros charlaban sentados en los bancos y otros iban incluso fuera del recinto
escolar, que era donde ellas se dirigían para que Alexia pudiese fumar.
- ¿Va siempre de ese rollo? – preguntó Laura en voz baja.
- Sí, más o menos. Es sólo que eres la nueva y no le gusta que nadie
destaque por encima de ella. Hoy te estás llevando tú todas las miradas y las
atenciones, eso no le gusta. – dijo Andrea, que parecía hablar siempre con
mucha claridad sobre cualquier cosa.
- Sí, habitualmente no es tan insoportable… Creo. Igual es que ya nos hemos
acostumbrado. – dijo Marta y las cuatro empezaron a reír. Alexia se giró con
cara de pocos amigos.
- ¿Qué es lo que hace tanta gracia? – preguntó malhumorada.
- Nada, Alexia, es un chico que se ha caído ahí atrás. Lo siento, te
lo has perdido. – dijo Sonia encogiéndose de hombros, lo dijo de forma tan
natural que Laura pensó que eso era algo que estaban habituadas a hacer.
- ¿De verdad Leo es demasiado? – susurro Laura al oído de Marta
mientras Alexia flirteaba con un chico y las otras dos chicas estaban demasiado
absortas en una conversación sobre música para hacer caso a lo que Laura decía.
- ¿Leo? No creo, es una historia divertida. – Laura frunció el ceño –
verás, Leo es nuevo este año en el instituto. Es obvio que es mucho más guapo
que el resto de compañeros, Alexia también se dio cuenta de eso. Te has fijado
en la facilidad que tiene Leo para ser divertido, ¿verdad? Pues es el único que
ha rechazado a Alexia en toda su vida y sus palabras hicieron que muchos
empezásemos a reír. Alexia no asume que es porque ella no le gusta, así que
cree que él está por encima de cualquiera. – Marta sonrió, parecía estar
recordando lo que pasó en aquella ocasión. – Quizás deberías intentarlo…
Feliz día del libro a todos.
Uhhhh quiero saber más de Leo, todo es muy misterioso (?) Y Alexia, ug, me cae mal xD
ResponderEliminarEspero el próximo con ganas, a ver cómo acaba el día de Laura :3
Besos gigantes, María :3
Uoh, qué genial.
ResponderEliminarMe encanta Alexia, en serio xDD Dan ganas de pegarle una hostia en toda la boca, pero eso me encanta. Y Leo la rechazó. ¡Já! ¡Por lista! (?) Ahora va Laura, se hace con Leo, y Alexia le odia. Lo veo.
Genial el capítulo, sí señor.