El ruido de los coches y la gente que paseaba por la calle es lo
primero que escuchó Roxanne al despertar. Se acercó a la ventana y suspiró al
ver que, un día más, estaba lloviendo sobre la ciudad de Londres. Se acercó a
su tocador y se sentó en la silla que tenía frente a éste en su habitación.
Bostezó y pestañeó con cansancio mientras peinaba su largo y negro cabello. Le
cansaba tener que hacer eso cada día, tener que hacer las cosas con sus propias
manos y tardando mucho tiempo cuando sus padres podrían ayudarle a hacerlo con
un simple movimiento de varita. Roxanne tenía diez años recién cumplidos, pero
aún así poseía una mente muy despierta. Era una chica a la que le gustaba saber
las cosas, investigar y dudar de todo. No entendía por qué sus padres no se
ayudaban de la magia a la hora de realizar sus tareas domésticas diarias y
prefieren hacer las cosas con sus propias manos como si fuesen simples muggles.
Roxanne pensaba que hacerlo de ese modo era todo desventajas, puesto que
tardaba más y conllevaba mayor esfuerzo.
Terminó de peinarse y arreglarse antes de salir de su habitación hacia
el comedor. En éste estaba su familia reunida alrededor de la mesa. En ella
había unas tostadas y una jarra con zumo de naranja, el desayuno que solía
realizar su madre. Se sentó en la mesa y cogió una de las tostadas untándole
mermelada.
- Buenos días, princesa – le saludó Sean, su padre. Roxanne le
respondió con un mero movimiento de cabeza. Nunca se había llevado demasiado
bien con su padre, puesto que era él quien prohibía el uso de la magia en casa.
- ¿Dónde está mamá? – preguntó Roxanne al no ver a su madre con ellos.
Solían desayunar juntos y además ese día iban a ir ellas dos juntas a comprar ropa
antes de ir a King’s Cross.
- No ha dormido en casa. Llamó anoche diciendo que tenía mucho trabajo
y que se reuniría con nosotros en la estación.
Roxanne se enfadó y se levantó de su asiento dejando el desayuno a
medio comer y dejando a su padre y su hermano en la mesa del comedor. No era la
primera vez que su madre le fallaba de ese modo, aunque no le sorprendía en
absoluto que no quisiese estar en casa, a ella también le gustaría pasar menos
tiempo con Sean.
Un cuarto de hora después Andrew, su hermano, llamó a la puerta de la
habitación y directamente entró sin esperar a que su hermana le diese permiso.
Ella se quedó mirando por la ventana y sin mirarle cuando entró.
- ¿Qué te pasa, Roxy? – le preguntó con preocupación.
- Te he dicho mil veces que no me llames así, me llamo Roxanne. –
respondió ella con tono beligerante y sin siquiera girarse para mirarle.
- Vale, Roxanne, ¿qué es lo
que te pasa? – Andrew se sentó a los pies de la cama de su hermana para
intentar hablar con ella. Siempre había intentado llevarse bien con ella, pero
Roxanne consideraba que Andrew era aliado de Sean, por lo que solía tratarle
con una actitud bastante hostil. Sin embargo y pese a todo era su hermano y
como tal se parecían en bastantes cosas. Con él le costaba más en aquel
entonces llevarse mal que con su padre y solía acabar cediendo a sus intentos
de mediar entre su padre y ella. Roxanne suspiró y se sentó junto a su hermano,
todavía sin mirarle.
- ¿Por qué mamá nunca está conmigo? Íbamos a ir a comprar ropa y luego
íbamos a ir a despedirte… - dijo con tono triste, el tono típico de los niños
cuando no consigue algo que desea con ansia. – No es justo, tú te vas a ir a
Hogwarts y yo voy a tener que quedarme aquí aguantando a Sean un año más… - Andrew
conocía bien a su hermana, sabía que lo de la ropa y su madre no era lo que en
realidad le había molestado, sino que quería ir también a Hogwarts, quería
salir de la casa, era lo que había querido desde hacía tiempo.
- Mira Roxanne, vamos a quedar en una cosa, a ver qué te parece. –
Andrew usó un tono cordial, como si fuese a proponerle un juego o un reto. Ese
tono le sirvió para que Roxanne le mirase con interés. – durante todo este año
te enviaré cartas contándote todo lo que veo por el castillo, así cuando vayas
para el siguiente curso ya irás sabiendo las cosas que hay y puedes
encontrarte. ¿Qué te parece? – la mirada de Roxanne parecía distinta en esos
momentos, Andrew se había ganado su atención.
- ¿Y me dirás qué chicos guapos hay? – le preguntó ella, pregunta que
sorprendió a Andrew.
- Bueno, eh… Sí, supongo que sí… - dijo sin saber qué contestar para
dejar satisfecha a Roxanne, que empezó a reír, puesto que había preguntado eso
para que, precisamente, Andrew se quedase así. – Que mala eres, hermanita… -
dijo también riendo y se levantó. – Pero, Roxanne, a cambio prométeme que te
vas a portar bien con papá este año, ¿vale? – el tono de Andrew se había
tornado serio para decir esto. Roxanne se cruzó de brazos.
- ¿Si me porto bien me mandarás cosas de Hogwarts? – preguntó enfurruñada.
- Sí, lo prometo. – le contestó él, formando una sonrisa amable en su
rostro.
- Bueno, pues… Lo intentaré… - contestó Roxanne como si fuese lo
máximo que pudiese darle a su hermano en ese tema. Andrew le sonrió y se giró
hacia la puerta.
- Ve preparándote, salimos hacia la estación en una hora. – dijo antes
de salir de la habitación.
Roxanne, más animada, se levantó de la cama y fue hacia su armario.
Pensaba comprarse algo animado con su madre para ir a despedir a su hermano. La
ropa era lo único que le gustaba más en el mundo muggle que en el mundo de la
magia, puesto que pensaba que era una moda demasiado anticuada. Puede que
también fuese porque estaba más acostumbrada a ver gente vestida al estilo
muggle, como lo hacía toda su familia. Se puso una camiseta de tirantes de color rojo y una falda
de color negro que le llegaba por las rodillas. Se calzó y esperó dentro de la
habitación a que le avisasen para irse. Sabía que a su padre no le iba a gustar
la ropa que se había puesto, no le gustaba que vistiese así siendo tan pequeña,
pero ella siempre hacía lo que quería, sobre todo si eso hacía molestar a su
padre.
Le dedico esta publicación a Andi, autora de Bitacoreantes, ya que hoy es su 20º cumpleaños.
Roxanne es un personaje de un foro de rol que llevaba ella y es uno de mis favoritos, espero haber sabido llevarlo bien.
Felicidades, Andi, espero que te guste este humilde texto que te regalo.
Ahhhh que mona Roxanne :3 Aunque ya se ve ese carácter que tanto la caracteriza (?)
ResponderEliminarEl relato me gusta, está muy bien :3 Y por supuesto, Rox es genial jujuju
Felicidades a Andi de nuevo xDD
¡Besos gigantes, María! :3
Pues me ha encantado ver a Roxanne de pequeña :) Se empieza a ver que tiene mal genio, como dice María, y que tiene que salirse siempre con la suya. Ayyyy, y Andrew haciendo de hermanito responsable xDD Y, oh, PERO CÓMO SE VISTE CON UN TOP CON DIEZ AÑOS XDD
ResponderEliminarEn fin, felicidades de nuevo a Andi y genial el relato :)
¡Un abrrrrrrazo!
Muy buena historia, Lord Black.
ResponderEliminarMe gustan mucho los personajes de ambos hermanos, Andrew y Roxanne. Tu forma de describir las situaciones es muy realista, cosa que hace más facil a la imaginación visualizar la escena. Además, tienes una forma de expresión que hace que los lectores podamos adentrarnoa más en la historia.
Un saludo, y sigue escribiendo, no lo dejes nunca, eres bueno.
OYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOYOOYOYOYOYYOYOYOYOYOYO
ResponderEliminarNo me extraña, Roxanne es una fucker, como mola. Ya pensando en chicos, MALA (:juju:)Tengo ganas de ver cuando se encuentren nuestros amantes *^*