7 de febrero de 2013

Segunda Oportunidad - Parte I

El despertador sonó como cualquier otro día. Los pájaros piaban en el exterior y el sonido de los pocos coches que pasaban por esa urbanización. Laura apagó el despertador con suavidad y se quedó mirando hacia el techo. Una sonrisa apareció en su rostro al verlo. Se levantó ilusionada. El olor al desayuno se colaba por la rendija de la puerta de su cuarto, que se encontraba entreabierta. Su dormitorio era tres veces mayor que la habitación en la que solía vivir, su propio armario era casi tan grande como aquella otra. Fue rápido hacia el mismo y lo abrió. Una nueva sonrisa apareció en su rostro al ver la cantidad de colores que aparecían en la ropa, podría pasarse mucho tiempo pensando la combinación de perfecta para ir a su nuevo colegio, pero no tenía tiempo. Cogió una blusa verde que combinó con unos pantalones vaqueros. Miró un par de veces su reflejo en el espejo asegurándose de que le quedaba bien y asintió con una sonrisa aprobando su vestimenta. Agarró la mochila que descansaba junto al escritorio y bajó las escaleras de dos en dos.

María le mostró una amplia sonrisa cuando la vio aparecer. La joven se mordió el labio al ver el desayuno. Un plato de donuts, una jarra de leche y otra de zumo de naranja descansaban en la mesa de la cocina esperándola.

- Buenos días, Laura. ¿Todo bien? – dijo mientras le ofrecía asiento en la mesa. La muchacha asintió tímidamente en su silla y se puso a comer uno de los donuts, cogiendo pellizcos del mismo con el dedo índice y pulgar.

- Gracias, ma… má… - le dijo a su madre una vez que había terminado de comer el donut. Se bebió el vaso de leche y se levantó de la mesa.

- ¿Estás preparada para tu primer día de colegio? – le preguntó María y ella asintió, cogiendo la mochila.

- Estoy nerviosa… - dijo Laura, entrelazando sus manos con nerviosismo.

- Es normal – dijo María, acariciando con suavidad su cabello. – ya verás como todo te va bien.

Laura asintió a las palabras de María y le sonrió. Ésta le dio un beso en la mejilla y le indicó que tenía que salir ya, porque el autobús escolar llegaría enseguida.

- ¡Mucha suerte en clase, Laura! – le dijo y Laura se lo agradeció con una sonrisa mientras se dirigía hacia la parada de bus, que estaba a apenas unos metros de su casa.

Ese día era el que empezaba una nueva vida para ella. Abandonaba sus años de orfanato, los años de tristeza y abandono. Por fin iba a empezar a vivir y a partir de ahora todo iría bien.

La vida siempre da una segunda oportunidad.

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, que bonito :333

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  2. Muy bonito y tierno, Yeray.
    Me gusta la facilidad con la que describes y haces que me meta de lleno en la situación :3
    Sigue escribiendo (:

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  3. Jo, ya quisiera yo esa habitación. Y ESE ARMARIO. Por favó, me voy a deprimir (?)
    Aich, pero me ha gustado :3 Y la última frase muy bonita :3
    Y que nadie lo niegue, ahí la mejor la madre (?) xDDD
    Vale, ya paro, muy bonito el relato :3

    ¡Besos gigantes, María! :3

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  4. Sé que te da pereza y que eres reacio a hacerlo, pero yo te insisto (luego ya tú haz lo que quieras (?) xDDD): repasa los relatos después de escribirlos. Sólo se te ha ido el tiempo verbal en una ocasión, pero al leerlo rechina. Y bueno, como ya te he comentado, la repetición de palabras cercanas.

    En comparación con los relatos que has escrito en plan sobrenatural, me gustan más los otros. Tal vez sea porque esto es simplemente una escena cotidiana, sin trama ni nada, pero es lo que te puedo comentar al respecto xDD Para poder comparar bien necesitaría un argumento :)

    ¿Vas a continuar el relato? :)

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  5. Hola, hola. ME presento, soy Ami, he dado con tu blog a través de un evento que me ha pasado Sondra Vive en la luna. ando dotoreando jajaja ( es broma )y bueno.. has dejado un frente abierto en este capitulo muy fuerte, el tema del orfanato, a pesar de q se supone q yo miraba la Sociadad de los Vampiros.. he llegado aqui y esto me gusta. ya te cansaras de leer mis comentarios jajaj. besitos y mucho animo :)

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