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8 de junio de 2014

Viaje en grupo

- ¿Y qué te parece? - preguntó Lyenna apoyando su mano izquierda en la derecha de Shander.
- Es muy... Azul. - respondió él, lo que provocó las risas de la otra chica que les acompañaba.

Margot había sido la mejor amiga de Lyenna desde que ésta podía recordar y, por lo tanto, ahora era parte del grupo de Lyenna y Shander. Tenía un ondulado pelo castaño oscuro, con piel morena y ojos claros.

- Desde luego a ti no te dieron el poder de la palabra acompañando al fuego, eh. - dijo Margot, con gesto burlón, ganándose una mirada de reproche de Lyenna y una de ira de Shander. Margot era una Terra, dominaba la tierra, las plantas. Era algo que siempre había maravillado a Lyenna.
- Joder, Margot, ya has jodido el momento, con lo bonito que les estaba quedando, ¿no te daban ganas de coger un pincel y pintarlos? - añadió Aryon con tono jocoso. Tuvo que esquivar una bola de fuego después de eso.

Lyenna había propuesto unos días atrás viajar todos juntos a la Ciudad del Agua, aprovechando que tenía que ir con su padre a hacer unos papeleos de algo que no quería decir a los demás -pero que todos creían saber-. Pese a haberse ido a Ignia muchos años atrás, todavía poseían una casa en su ciudad natal, ya que su padre solía visitar la ciudad por su trabajo.

- ¿Parte de vuestro plan en este viaje era venir a joderme? - preguntó Shander, que quería hacerse el enfadado, pero una ligera sonrisa que aparecía en sus labios delataba la verdad.
- Oh, sí, todo en nuestra vida gira alrededor de ti, nuestro Señor del Fuego. - respondió Aryon, añadiéndole unas reverencias al final de la frase, reverencias a las que se sumó Margot. Lyenna, por su parte, no pudo evitar reírse.
- ¿Tú también? - le preguntó él, Lyenna se encogió de hombros.
- ¿Qué quieres que te diga? Aryon cuando quiere sabe ser gracioso. - Dice mirando a Shander y señalando al Ventus con el pulgar. - Lástima que sólo lo sea cuando Margot está cerca. - La risa de Shander fue tan automática como el enrojecimiento de la cara de Aryon. Lyenna no solía entrar en estos juegos de coñas sanas entre ellos, pero cuando entraba sabía dónde tocar para quedar por encima. Ni siquiera en esto Lyenna se dejaba ganar.
- Yo no... - Empezó a decir Aryon, visiblemente nervioso. Pocas veces se le veía perder los papeles, pues solía ser bastante calculador y solía ser siempre el que estaba más tranquilo, el que pensaba las cosas, el que mantenía al resto con los pies en la tierra. Por eso los otros tres estaban riéndose en aquel momento, era difícil ver a Aryon bloquearse ante cualquier situación. - Que soy gracioso muchas veces, ¡pregúntale a Shander! - le señaló con la mano.
- A mí no me preguntes. - dijo el pelirrojo, alzando las manos. - No voy a mentir por ti. - se encogió de hombros y rió de forma burlona, cosa que las dos chicas acompañaron.
- ¡Que los Cuatro se os lleven! - exclamó Aryon en voz alta, haciendo que la gente que pasaba junto a ellos por el paseo se girase para ver quién había dicho eso. Cosa que puso a Aryon aún más rojo. Cosa que, a su vez, los otros tres se riesen aún más. Al final, Aryon tampoco pudo hacer otra cosa que reír.
- Si no os quisiese tanto, no sé cómo os soportaría. - Confesó el chico apoyándose en la barandilla junto a Shander. Volvieron a mirar hacia el gran lago que se encontraba frente a ellos. Lyenna y Shander volvieron a darse la vuelta y Margot se colocó junto a Lyenna. Dos grandes amistades que se unieron a través de una tercera para crear un grupo de amigos irrepetible.
- Si no te quisiésemos tanto, - comenzó a decir Shander, agarrando a su amigo por los hombros. - No te haríamos tantas putadas.

14 de marzo de 2014

Hermandad

- ¿Y por qué no voy sin camiseta? Ella lo prefiere así.
Una simple mirada de su amigo hace que Shander empiece a reír poniéndole una mano sobre su espalda.
- Tranquilo, sólo bromeaba. – comenta, aunque en realidad no le gusta mucho tener que ponerse esa túnica.
– Eres peor ahora que cuando eras un chaval – le dice Aryon mientras le mira de reojo. Los amigos siempre tienen que estar juntos en momentos como éste y, para Shander, Aryon es tan importante como ella. – Vamos, póntela de una vez, que además hace juego con tus ojos. – Shander frunce el ceño mirándole y pone una sonrisa sarcástica.
- Te ha quedado muy gay eso, Aryon, ¿voy a tener que preocuparme a estas alturas de la vida? – ambos empiezan a reír. Pueden ser los nervios del momento, algo tan importante que va a ocurrir en la vida de ambos. A partir de ese momento nada será igual, todo va a cambiar…

Se acercan al expositor donde descansa la túnica y ambos se quedan mirándola. Es de color blanco con detalles en rojo, naranja y amarillo, los colores del fuego. Los colores del elemento de Shander. Hay unas llamas que llegan desde el exterior del bajo de la túnica hasta la zona central del cuello, así como recorriendo las mangas desde la muñeca hasta el hombro. Shander sonríe y Aryon pone la mano sobre su hombro, rodeándole con su brazo para atraerlo a él.

- Siempre creí que teníais que acabar así, me hubiese enfadado mucho si no hubiese sido así. – Shander suelta una risa nerviosa.
- Sí, la verdad que me ha hecho mucho bien, a saber qué hubiese sido de mí si no hubiese estado ella… - su tono parece distante con eso, como recordando alguna parte de su pasado que no debería recordar.
- ¡También tú  has hecho mucho por ella! – Le anima Aryon – El haber estado juntos es lo que os ha hecho lo que ahora sois. Ninguno de los dos sería igual que es ahora si no fuese por el otro. Es lo bonito de estas cosas. – Shander le sonríe y le abraza.
- ¡Venga! Ayúdame a ponerlo, no quiero hacer esperar más a la gente.

Mientras Aryon saca la túnica del expositor, Shander se quita la camiseta. Entonces se mira y hace un chasquido con su lengua.

- Sigo pensando que así le gustaría más – le comenta a Aryon – mírame, ¿qué es lo que no le gustaría de todo esto? – se señala el desnudo torso.
- Pues quizás no le gustaría que toda su familia te vea así en un día como hoy, ¿no crees?
 - Si ya me han visto así más de una vez… - murmura, pero sus palabras quedan ahogadas por la túnica, que Aryon le  ha pasado a traición por el cuello. A Shander no le gustan demasiado las ropas de galas y tampoco vestirse para este tipo de ceremonias, pero hay tradiciones que son agradables de cumplir… Incluso para él. Ésta es una de ellas.

- ¿Ves? Mírate, estás deslumbrante. – Shander vuelve a mirarle con los ojos entrecerrados.
- ¿Qué te pasa, tío? Dices cosas muy raras hoy… - le pone una mano en la frente para comprobar si tiene fiebre y Aryon se la aparta de un manotazo.
- No seas idiota y ponte bien el cuello, hoy tienes que comportarte, lo sabes. – Aryon mira a Shander de una forma en la que casi podría decirse que es su propio padre… O su hermano mayor.
- Lo sé, Aryon. Por nada del mundo estropearía una cosa como esta.